Hoy va a hacer una semana desde que la Teoría del Caos entró en la vida de la ciudad que me acoge desde hace unos años, y aunque no resido allí, mis intereses empresariales hacen que me sienta un bañezano más, teniendo a España por Bandera y a La Bañeza en el Corazón.
Después de un fin de semana en el que tuve la suerte de conocer personalmente a un héroe caído en los incendios que asolan nuestra provincia, de repente, y estando a dos mil kilómetros de distancia, en otro país y sin poder regresar, me empiezo a enterar por mensajes privados y por las redes sociales de que un incendio se ha descontrolado totalmente y que La Bañeza se está convirtiendo en el centro de la Teoría del Caos, en el que cientos de personas están siendo acogidas en el Pabellón Municipal de Deportes de la ciudad.
Desde la distancia, me pongo a disposición de nuestro Ayuntamiento para ayudar en lo que se puede, poniendo a mi personal al servicio de las personas que necesitan ayuda…..pero una ayuda centrada en los más vulnerables al horror que se está viviendo, los niños, esas personitas frágiles que no entienden qué sucede y por qué han tenido que ser trasladados de urgencia a ese pabellón deportivo.
Desde la distancia, las noticias eran cada vez más horrorosas, la desesperación de los que están dando la cara en los Centros era cada vez más latente, y lo único que podía hacer era escuchar, sí, escuchar la rabia, la indignación, la impotencia de cómo no se están enviando los medios necesarios para poder extinguir ese incendio. Escuchar los lamentos de personas que tenían que coordinar los servicios municipales con otras Entidades, pero dando todo lo humanamente posible para que esas cientos de personas se sintieran lo mejor posible, dentro de ese horror. Cada llamada que recibía era de impotencia, de dolor, de incomprensión, porque ninguna de esas personas entendían cómo podían estar abandonadas y sin medios para sofocar el fuego. Los momentos más duros fueron en horas de la madrugada, cuando una de las personas de ese Ayuntamiento me llamaba en plena desesperación solicitando una ayuda que yo no podía prestar; la otra, la más dura, cuando otra de las concejalas me llamaba diciendo que ese héroe, Abel, había fallecido (luego también lo haría Jaime) por ayudar a sus paisanos haciendo una labor que a día de hoy NO SE PERMITE HACER a las gentes de los pueblos.
Desde la distancia, mi equipo de educadoras y monitoras, se pusieron manos a la obra a ayudar con esos peques, a intentarles hacer que esa pesadilla se pasara de la mejor manera posible, labor complicada por las circunstancias. Por lo que me transmitían era misión imposible que los peques tuvieran esa paz que necesitaban (una máxima que tenemos en el C.E.I. Antonio Palau de La Bañeza es que los peques que tenemos a nuestro cargo estén felices, en paz, en calma, para un desarrollo positivo).
Desde la distancia, y pudiendo pensar fríamente, transmití ciertas ideas para que los peques y sus familias directas fueran alojadas en nuestro Centro, para que se sintieran como si estuvieran en un campamento, por eliminar ese factor psicológico de la presión, pero por desgracia, y pesar de aplaudir la idea, desde el Ayuntamiento no podían hacer nada…..la burocracia del Sistema.
Desde la distancia, los cuatro días que pasé hasta poder regresar, fueron demoledores a nivel psicológico, me sentí mal conmigo mismo, sin poder ayudar siendo uno más, aún teniendo a mis propios hijos dentro de ese grupo que estaba viviendo la cruda realidad de esos peques, donde estaban centrados.
Ya el jueves por la noche, cuando regresé a España me dirigí directamente a La Bañeza, sabiendo que ya se estaba realojando a parte de la población a sus casas, pero ahí pude comprobar, lo mismo que al día siguiente, como Carmen, Laura, Elena, Amada, Pedro, Yolanda, José Carlos, y un largo etc. de personas del Ayuntamiento encabezados por Javier, llevaban días sin apenas dormir, sin apenas descanso, no sólo físico, sino mental, lo habían dado todo y más, pero ahí seguían al pie del cañón, atendiendo a esas personas como si fueran parte de ellos. Y sí les llamo por su nombre, porque detrás de sus cargos (Alcalde y Concejales) hay PERSONAS, personas que lo han dado todo por personas que no eran de La Bañeza, personas de la comarca que necesitaban ayuda, sobretodo, y como pude comprobar, emocional. Vi personas que abrazaban, daban gracias con lágrimas en los ojos y que no sabían qué se encontrarían al llegar a sus casas, si es que seguían en pie. Vi personas abatidas por la desgracia, por la impotencia, por la rabia….incluso un señor con el que hablé unos minutos, me decía que si todo eso no se podía haber evitado……mi respuesta, fuera de la rabia, con todo el respeto y cariño hacia él, fue que SÍ, SÍ SE PODÍA HABER EVITADO. Sólo la gente de pueblo, sabe cómo hacer que un incendio tenga menores consecuencias; sólo ellos conocen su zona, conocen cómo limpiar los bosques, cómo mantener la vida, lo que se han llevado, mientras los políticos autonómicos y nacionales lo veían todo DESDE LA DISTANCIA.
Por supuesto, agradecer a mi equipo de Ludoteca y a mis propios hijos, la implicación con esas personas que tanto nos necesitaban.
Dedicado a todas las personas que han sufrido y siguen sufriendo este horror, el mayor incendio de España de todos los tiempos. Y muy especialmente a Abel y Jaime, que por ayudar a sus paisanos dejaron su vida en el fuego, D.E.P.
F.D.J.
Gerente del C.E.I. Antonio Palau de La Bañeza